El amor verdadero.

                                                                         

El amor sin duda alguno, es el primer sentimiento que llena nuestro corazón. Tal como nos entregamos al cariño de nuestras madres. No hay momento más único que ese, donde se siente la pureza y el amor. Pero luego empezamos a crecer, a madurar, pensamos mucho más y olvidamos muy rápido esas cosas, la cambiamos por un amor que duele, culpa de nuestras nuevas creencias, Un amor que teme, nos posee, y que sólo buscamos pasión y fuego. En ese momento solo nos convertimos en personas rescatando esos sentimientos que perdimos al crecer, pero estamos cometiendo errores. Por eso la vida se nos puede tornar seca y sin sentido.

¿Si nos preguntamos, qué carajos nos pasó?

Mi gran respuesta sería: dependencia.

La dependencia es un sentimiento tan fuerte que permanece en nuestro ser, es tan fuerte como el amor, sin darnos cuenta se lo hemos entregado a los demás; lo controlan y lo manejan, muchas veces para que jueguen con él.

En estos tiempos que vivimos, decir "te amo", la mayoría de las veces, lo que queremos decir es "Te quiero", o sea "Te deseo". Esta sencilla diferencia distorsiona el sentimiento de altruismo, ese sentimiento de hacer el bien de manera desinteresada. Entonces, en esos momentos es cuando la relación se convierte en dependencia y apego. Entonces si ese "amor", no nos corresponde, lo que puede seguir después de esto es: Frustración, decepción, tristeza y el miedo a perder. Y si hay miedo, no hay amor. Por eso, el amor dura tan poco en nuestros tiempos.

Ya olvidamos la naturaleza de éste verdadero sentimiento, y lo ponemos en cada cosa de nuestra vida: Amo mi país, amo mi casa, amo mi teléfono, amo twitter, facebook, instagram; ya me entienden.

Todas esas cosas son dependencias, apegos y falsas identificaciones que han desgastado y oxidado el verdadero significado del amor.
¿Entonces qué es el verdadero amor?
Primero que todo, "El verdadero amor no duele, no teme y deja ser." El verdadero amor sólo da y se hace disponible para el otro y para todos. Lo siento si a esta altura ya están desilusionados con lo que están leyendo, pues son una de esas personas como yo, que crecieron pensando que el ideal del amor lo representaba la historia de Romeo y Julieta, una historia de deseo, miedo y muerte. El verdadero amor transforma, siempre teniendo el poder de calmar nuestro carácter, repone hasta nuestros modales, es tranquilo, suave y silencioso: crea liviandad, sutilidad, suavidad con un sentimiento de dicha que nos permite volar y bailar de alegría.


Si empezamos a describir el amor como una emoción, su razón y significado se va a distorsionar y va a bloquear la verdadera energía del amor. Por ejemplo: La excitación es muy diferente a estar alegre, tanto como la pasión es diferente al amor. La pasión es una emoción que libera un fuego por dentro, pero es una emoción que luego su intensidad se apaga, la emoción desaparece, y aparece el vacío. Pero el amor es un sentimiento que siempre va a fluir lento y seguro, "Así como el agua suaviza hasta la roca más dura", el amor es capaz de ablandar cualquier dureza que tengamos dentro.

Si le preguntáramos a cualquier ser humano sobre cuáles son las tres cosas que más quiere en su vida, seguramente la respuesta sería muy similar: 

Paz, Felicidad y Amor. 

Y qué tienen en común estas tres cualidades? 
Son invisibles, intangibles e internas. 
La pregunta entonces es: ¿por qué he pasado gran parte de mi vida buscándolas afuera?
El lugar del amor:
Es hora de que me detenga a reflexionar y piense. ¿Cuál es esa persona que siempre ha estado a mi lado, que jamás me ha abandonado ni decepcionado, pero que sin embargo no le he dado la atención y el cuidado que se merece? Esa persona soy “yo”. 



Y si aún no me he dado tiempo para estar a solas conmigo mismo, dialogar y conocerme, si aún no he invertido tiempo en mí, ¿Cómo podría entonces quererme y valorarme? Es lógico que si no me amo a mí mismo, difícil es que ame a los demás. Así que propongo girar la mirada hacia el interior y observar. Para esto, una herramienta que han usado todos los grandes maestros y sabios desde la antigüedad, ha sido la meditación. A través de esta, somos capaces de zambullirnos en el océano de nuestros pensamientos y construir un camino fácil hacia nuestros tesoros más internos más valiosos de paz, felicidad y amor. Y cuando regresamos a la superficie de nuestras relaciones llenos de estos sentimientos, nuestra vida florece y lo que aparece son relaciones de calidad y dignidad. Simplemente, despierta de su largo sueño ese mismo sentimiento original que vivimos al nacer, renace el verdadero amor. 

Comentarios

laureta ha dicho que…
Me sorprendió mucho cuando el Dr. John me devolvió a mi marido a quien perdí con otra mujer. Me puse en contacto con el Dr. John a través de su correo electrónico matrimonio.de.solutio@gmail.com porque he visto muchos testimonios en todo el mundo sobre su buen trabajo. problemas de matrimonio y enfermedad, así que decidí probar mi suerte con él y ahora estoy compartiendo este testimonio porque él también ha ayudado a mi situación, todo gracias a él también puede contactarlo a través de whatsapp +971528657959 que sería de gran ayuda para su situación