Me gusta tu alegría con mi presencia, tus ojos brillantes que le hablan a mi alma, ojos cafés que no olvido, que me llenan. Me gusta escucharte decir cuanto me quieres; saber que no hay nadie que te pare para decirme todo lo que tienes dentro, que es para mi. Amo que me mires, no digas nada y que yo lo sepa todo.
Que me tomes de la mano para hacerme sentir que estamos juntos. Que me abraces de imprevisto, que me digas que te sientes afortunada de tenerme, que no me vaya, que me quede junto a ti. Quisiera ser para ti eso que te llena el ser, el beso tras sonrisa, miradas tras caricia, abrazos tras te quiero. Quiero que tengas tu mundo y que yo sea ese el país que más visites y que tengas en mente todo el día. No quiero ser tu mundo, ni todo tu espacio, ni todas tus ganas. Pero quiero ser el primer mensaje que leas todas las mañanas; quiero ser tu sonrisa, tus ganas de querer, tus ganas de amar a alguien para siempre, mi amor. Me gusta verte sonreír por mi culpa, la sonrisa de la cual me enamoro cada vez que veo, el beso que me das tras esa sonrisa, los te quiero que se esparcen por mi cuerpo con un abrazo. Eres el amor completo e imaginario para muchos, sin saber que existe, y que yo lo tengo gracias a ti.
Podría escribir sobre ti mil y un cosas hermosas que ni tú has notado.
— ¡Wata! (@watafockeado) octubre 20, 2013
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